Rezo de Vísperas 06 de Enero de 2025

Vísperas
Lunes después de la Epifanía.
Feria del tiempo de Navidad
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.
Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.
Aquí parad, que aquí está
quien luz a los cielos da:
Dios es el puerto más cierto,
y si habéis hallado puerto
no busquéis estrellas ya.
No busquéis la estrella ahora:
que su luz ha oscurecido
este Sol recién nacido
en esta Virgen Aurora.
Ya no hallaréis luz en ellas,
el Niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.
Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.
Aquellas lágrimas bellas
la estrella oscurecen ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas. Amén.
SALMODIA
Ant. 1 Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia.
- Salmo 44 -
-I-
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te a ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 1 Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia.
Ant. 2 Llega el esposo, salid a recibirlo.
-II-
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu Señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocados;
la llevan ante el rey, con séquitos de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
" A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes de toda la tierra,"
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 2 Llega el esposo, salid a recibirlo.
Ant. 3 Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen
a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento
culminante.
Cántico
Ef. 1,3-10
Bendito sea Dios,
Padre de Nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas
tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 3 Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen
a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento
culminante.
LECTURA BREVE
Cf. 2Pe 1, 3-4
Cristo, con su divino poder, nos ha concedido todo
lo referente a la vida eterna y a la verdadera reli-
gión, mediante el perfecto conocimiento del que nos
convocó por su propia gloria y virtud. Por ellas nos
ha hecho merced de la preciosas y magníficas pro-
mesas, para que así seáis partícipes de la naturaleza
divina, escapando de la corrupción existente en el
mundo por causa de la concupuscencia.
RESPONSORIO BREVE
V. Será la bendición de todos los pueblos.
R. Será la bendición de todos los pueblos.
V. Lo proclamarán dichoso todas las razas
de la tierra.
R. Todos los pueblos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Será la bendición de todos los pueblos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Al divisar la estrella, los magos sintieron grandísimo
gozo, entraron en la casa y ofrecieron al Señor oro, incienso
mirra.
Cántico de la Santísima Virgen María
Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes
por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
--como lo había prometido a nuestros padres--
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al divisar la estrella, los magos sintieron grandísimo
gozo, entraron en la casa y ofrecieron al Señor oro, incienso
mirra.
PRECES.
Bendito sea el Señor Jesucristo, que ha visitado a
los que vivían en tinieblas y en sombra de muerte a
fin de iluminarlos; supliquémosle, diciendo:
Oh Cristo, sol que naces de lo alto, ilumínanos
con tu luz.
Señor Jesucristo, que al venir al mundo diste naci-
miento a la Iglesia, tu cuerpo,
haz que esta Iglesia crezca y se construya en la
caridad.
Tú que con tu poder gobiernas el cielo y la tierra,
haz que los pueblos y sus gobernantes reconoz-
can y confiesen tu soberanía divina.
Tú que, al hacerte hombre, has sido contituido
sacerdote eterno,
haz que todos los sacerdotes sean ministros idó-
neos de tu redención.
Tú que en el seno de María Vírgen desposaste mís-
ticamente la humanidad con la divinidad,
bendice a las vírgenes que se han consagrado a ti
para tenerte como su únicok y celestial esposo.
Tú que al unirte a nuestra naturaleza mortal des-
truiste la muerte introducida por el pecado,
transforma en vida eterna la muerte de nuestros
difuntos.
Como Jesucristo, también nosotros somos hijos de
Dios, por eso con él nos atrevemos a decir:
Padre Nuestro ........
ORACIÓN.
Te pedimos, Señor, que ilumines nuestros corazones
con el esplendor de tu divinidad, para que podamos
pasar a través de las tinieblas de este mundo y llegar
a la patria de la eterna claridad. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN.
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.

PONENTE: Pastoral de la Comunicación